CÓDIGO DEONTOLÓGICO

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

En un tiempo donde la velocidad de la información desafía la veracidad, y donde la opinión tiende a confundirse con los hechos, el medio de comunicación El Bacán se reafirma en su convicción de ejercer el periodismo como un compromiso público, una responsabilidad social y una práctica ética.

Este Código Deontológico no es solo una herramienta normativa, sino una declaración de principios que orienta el comportamiento profesional de todos quienes integran este proyecto comunicacional: directivos, reporteros, diseñadores, editores, fotógrafos, columnistas y colaboradores. Todos, sin excepción, están llamados a actuar bajo el mismo estándar ético.

Nos inspira la idea de un periodismo que no se arrodilla ante el poder, que no trivializa el dolor humano, que no renuncia a la verdad por comodidad. Aspiramos a hacer de la comunicación un ejercicio democrático, una vía para fortalecer la conciencia crítica de los ciudadanos, y un espejo fiel de las voces y realidades que habitan nuestra provincia y nuestro país.

 

FUNDAMENTO Y MARCO ÉTICO

La labor de El Bacán se fundamenta en los valores consagrados por la Constitución de la República del Ecuador, la Ley Orgánica de Comunicación, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y los principios deontológicos internacionales del periodismo libre y responsable. No nos limitamos a citar estos documentos; los traducimos en criterios editoriales, decisiones profesionales y normas cotidianas de conducta.

Creemos que el derecho a la información no se agota en el acceso, sino que exige veracidad, contexto, contrastación y responsabilidad en la forma de narrar los hechos. Por ello, rechazamos toda forma de manipulación, ocultamiento, tergiversación, omisión maliciosa o lenguaje que induzca al error.

Asumimos con seriedad la presunción de inocencia, el respeto a la honra y la defensa de los derechos de los grupos de atención prioritaria. Cada pieza informativa, cada imagen publicada, cada titular editado, debe responder a este principio rector: no se trata solo de informar, sino de hacerlo bien, y con sentido ético.

 

UNA ÉTICA CONSCIENTE Y MILITANTE

El Bacán no es un medio neutro: es un medio comprometido. Entendemos que la neutralidad mal entendida puede ser cómplice del poder, y que la objetividad no es desafección, sino rigor. Por eso, nuestra ética no es evasiva ni decorativa. Es militante con la verdad, con los derechos humanos, con la justicia social y con la transparencia institucional.

Este compromiso se expresa en múltiples niveles:

        Con la comunidad, al priorizar las voces excluidas, al visibilizar lo que otros silencian, y al actuar con respeto ante la diversidad social, étnica, cultural, sexual y generacional.

        Con la profesión, al asumir el oficio con honestidad intelectual, evitando prebendas, conflictos de interés, publicidad encubierta y favores que comprometan la independencia.

        Con las víctimas, al abstenernos de revictimizarlas, y al narrar los hechos con sensibilidad, evitando el morbo, el sensacionalismo y la espectacularización del dolor.

        Con el medio ambiente, al rechazar contenidos o pautas que atenten contra los ecosistemas, los derechos de la naturaleza y la conciencia ecológica.

 

DEL MANEJO DE ERRORES Y CONFLICTOS

Asumimos que el error es parte del quehacer humano, pero también que la ética se mide por la capacidad de reconocerlo y corregirlo. Por tanto, El Bacán rectificará de forma oportuna y proporcional toda información errónea publicada, y dará espacio al derecho a la réplica con el mismo alcance que tuvo el contenido original.

Los desacuerdos editoriales y los cuestionamientos éticos no serán ocultados ni minimizados, sino tramitados internamente mediante canales formales. Contamos con un Comité de Ética Independiente, compuesto por miembros del equipo y por voces externas de reconocida trayectoria, que analizarán con objetividad las faltas, establecerán procesos justos, y recomendarán acciones correctivas, preventivas o sancionadoras según corresponda.

 

SOBRE LA DISTINCIÓN DE LOS CONTENIDOS

Nos comprometemos a garantizar que el lector distinga con claridad entre lo informativo, lo opinativo y lo publicitario. Toda pauta pagada será identificada como tal. El contenido editorial responde a criterios periodísticos y no a exigencias de marcas, partidos políticos o grupos de presión.

La publicidad no puede condicionar nuestras decisiones editoriales. Nuestro compromiso con el lector es más importante que cualquier pauta económica. Por eso, mantenemos la autonomía total entre el área comercial y la redacción periodística.

 

CULTURA INSTITUCIONAL Y FORMACIÓN ÉTICA

La ética no se transmite únicamente por reglamentos, sino por ejemplo y convicción. Por ello, El Bacán fomenta una cultura organizacional basada en la formación continua, la evaluación periódica de sus prácticas comunicacionales, y la generación de espacios de reflexión interna sobre el ejercicio del periodismo.

Se impulsarán encuentros formativos sobre temas como derechos humanos, comunicación con enfoque de género, diversidad, narrativas no violentas, lenguaje inclusivo, cibernética y nuevas dinámicas digitales. El Código será revisado cada dos años con participación activa del equipo, fortaleciendo su vigencia y adaptabilidad.

CIERRE: COMUNICAR CON SENTIDO

En El Bacán no informamos por inercia. Informamos por convicción. No nos mueve solo el hecho de cubrir de hechos, sino de comprenderlos y servir de puente entre las realidades y las soluciones. Creemos que el periodismo no puede ser indiferente ni complaciente. Tiene que ser incómodo con el poder y empático con la gente.

Este Código es nuestro contrato ético con la audiencia. Lo asumimos con responsabilidad y lo defendemos con firmeza. Porque para nosotros, hacer comunicación es hacer ciudadanía. Y ejercer el periodismo con ética es una forma de construir una sociedad más justa, más libre y más consciente.

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