Robots en la 'zona de aniquilación' del frente ucraniano
10/09/2025Actualizado a las 04:19h. Un soldado saca a su compañero a hombros de una posición bajo tierra. Es de noche en el frente de Donetsk. El militar camina un par metros. Un robot terrestre espera. La plataforma rectangular sostenida en cuatro ruedas se convierte en una camilla improvisada en ... el medio de la contienda. Segundos después, comienza su andadura por un angosto camino. Esta secuencia fue filmada por un dron vigilante de la Brigada 93. Los vehículos terrestres no tripulados y sus hermanos gemelos en el aire son una dupla que se multiplica en las líneas de contacto. Decenas de vídeos muestran cómo algunos procesos en el frente bélico se van automatizando poco a poco: evacuaciones, asaltos, desminado, logística… La guerra del futuro ya se perfila en Ucrania. Y la competencia es atroz en la carrera tecnológica que están disputando los ingenieros de ambos bandos. «El conflicto está cambiando de forma muy agresiva. A veces no les seguimos el ritmo, y en otras ocasiones es el enemigo el que no es capaz de hacerlo con nosotros. Todo se transforma muy rápido», apunta 'Chuli', distintivo militar de un operador de robots terrestres de la Brigada 93. Las tropas defensoras fueron las primeras en lanzarse a utilizar drones. El motivo principal era la clara desventaja de armamento y personal frente a fuerzas del Kremlin. «En Soledar, que yo sepa, fue la Brigada 93 la primera en usar un dron FPV (visión en primera persona, por sus siglas en inglés). La unidad se llama Signum. Para nosotros, son héroes, porque gracias a ellos pudimos defendernos mejor», explica 'Chuli'. Los rusos tomaron nota y ahora los letales aparatos voladores de Kiev y Moscú se extienden como una plaga. Controlan cada movimiento y acosan sin descanso a la infantería. Ser detectado por uno de ellos equivale, en un alto porcentaje, a una sentencia de muerte. Este uso masivo de los mortíferos artefactos voladores de medio y alto alcance han profundizado la denominada «zona de aniquilación». Un área de unos 15 kilómetros a ambos lados de las líneas de contacto vigilada día y noche, según destacó un artículo de 'Economist'. La previsión es que este sector se amplíe en el futuro más próximo. Evitar bajas En un entorno bélico cambiante, los robots terrestres representan una buena alternativa para evitar bajas. El actual ministro de Transformación Digital de Ucrania, Mijailo Fedorov, anticipó a finales de 2024 que, para este año, necesitarían adquirir «miles de plataformas terrestres». El objetivo del Ministerio de Defensa es desplegar hasta 15.000 unidades en primera línea en 2025. Los vehículos terrestres no tripulados pueden ser guiados a mayor distancia, reduciendo riesgos. También hay modelos autónomos. Son versátiles y ofrecen la posibilidad de ser equipados con distintas herramientas o módulos en función de la misión. Pueden transportar municiones, equipo médico o víveres para los soldados que están en las posiciones. Algunos tienen sistemas de ruedas y otros de oruga. Entre sus principales labores destacan las evacuaciones y logística. Pero también se utilizan en ataques kamikaze, limpieza de minas, apoyo en combate u operaciones de reconocimiento del terreno. Zhenia, el ingeniero de la Brigada 93 ajusta algunas piezas de su 'tanque' –denominación que emplean los soldados ucranianos para los robots– en su taller de la región de Donetsk. El uso de los 'tanques' genera ventajas y desventajas: «Tenemos muchos fabricantes y cada uno lo hace a su manera. La ventaja es que existe esta diversidad: todos participan en competiciones, todos desarrollan alguna idea y después cooperan y comparten. La modernización y la mejora se producen sobre la marcha», apunta mientras ajusta algunas piezas de su aparato. En la primera foto, Chuli', un operador de drones y robots terrestres de la Brigada 93. En la segunda imagen, el propio 'Chuli' maneja un robot con su controlador. Ilia, el ingeniero de la Brigada 93 encargado del mantenimiento y mejora de las máquinas, junto al robot «Rys Pro», en la tercera foto Miriam González El principal objetivo de los especialistas como Zhenia es lograr la estandarización «para que cuando un piloto reciba un nuevo robot, no tenga que cambiar a otro control remoto o la configuración». Alivio para la infantería El Gobierno de Ucrania lanzó el centro 'Brave 1' en 2023 con el objetivo de reunir a todas las compañías tecnológicas que están trabajando en el ámbito militar. La directora del foro, Natalia Kushnerska, afirma que desde su fundación más de 1.500 desarrolladores se han unido y hasta 3.500 soluciones tecnológicas han sido registradas. «En cuanto a drones y robótica terrestre, aproximadamente el 90% de los fabricantes son miembros de nuestra plataforma», afirmó Kushnerska en una entrevista con la agencia Ukrinform. Una de las últimas innovaciones presentadas por la empresa ucraniana IRV es la plataforma Karakurt que permite realizar el lanzamiento remoto de drones desde ubicaciones alejadas de los pilotos

Un soldado saca a su compañero a hombros de una posición bajo tierra. Es de noche en el frente de Donetsk. El militar camina un par metros. Un robot terrestre espera. La plataforma rectangular sostenida en cuatro ruedas se convierte en una camilla improvisada en ... el medio de la contienda. Segundos después, comienza su andadura por un angosto camino. Esta secuencia fue filmada por un dron vigilante de la Brigada 93. Los vehículos terrestres no tripulados y sus hermanos gemelos en el aire son una dupla que se multiplica en las líneas de contacto.
Decenas de vídeos muestran cómo algunos procesos en el frente bélico se van automatizando poco a poco: evacuaciones, asaltos, desminado, logística… La guerra del futuro ya se perfila en Ucrania. Y la competencia es atroz en la carrera tecnológica que están disputando los ingenieros de ambos bandos. «El conflicto está cambiando de forma muy agresiva. A veces no les seguimos el ritmo, y en otras ocasiones es el enemigo el que no es capaz de hacerlo con nosotros. Todo se transforma muy rápido», apunta 'Chuli', distintivo militar de un operador de robots terrestres de la Brigada 93.
Las tropas defensoras fueron las primeras en lanzarse a utilizar drones. El motivo principal era la clara desventaja de armamento y personal frente a fuerzas del Kremlin. «En Soledar, que yo sepa, fue la Brigada 93 la primera en usar un dron FPV (visión en primera persona, por sus siglas en inglés). La unidad se llama Signum. Para nosotros, son héroes, porque gracias a ellos pudimos defendernos mejor», explica 'Chuli'.
Los rusos tomaron nota y ahora los letales aparatos voladores de Kiev y Moscú se extienden como una plaga. Controlan cada movimiento y acosan sin descanso a la infantería. Ser detectado por uno de ellos equivale, en un alto porcentaje, a una sentencia de muerte. Este uso masivo de los mortíferos artefactos voladores de medio y alto alcance han profundizado la denominada «zona de aniquilación». Un área de unos 15 kilómetros a ambos lados de las líneas de contacto vigilada día y noche, según destacó un artículo de 'Economist'. La previsión es que este sector se amplíe en el futuro más próximo.
Evitar bajas
En un entorno bélico cambiante, los robots terrestres representan una buena alternativa para evitar bajas. El actual ministro de Transformación Digital de Ucrania, Mijailo Fedorov, anticipó a finales de 2024 que, para este año, necesitarían adquirir «miles de plataformas terrestres». El objetivo del Ministerio de Defensa es desplegar hasta 15.000 unidades en primera línea en 2025.
Los vehículos terrestres no tripulados pueden ser guiados a mayor distancia, reduciendo riesgos. También hay modelos autónomos. Son versátiles y ofrecen la posibilidad de ser equipados con distintas herramientas o módulos en función de la misión. Pueden transportar municiones, equipo médico o víveres para los soldados que están en las posiciones. Algunos tienen sistemas de ruedas y otros de oruga. Entre sus principales labores destacan las evacuaciones y logística. Pero también se utilizan en ataques kamikaze, limpieza de minas, apoyo en combate u operaciones de reconocimiento del terreno.
Zhenia, el ingeniero de la Brigada 93 ajusta algunas piezas de su 'tanque' –denominación que emplean los soldados ucranianos para los robots– en su taller de la región de Donetsk. El uso de los 'tanques' genera ventajas y desventajas: «Tenemos muchos fabricantes y cada uno lo hace a su manera. La ventaja es que existe esta diversidad: todos participan en competiciones, todos desarrollan alguna idea y después cooperan y comparten. La modernización y la mejora se producen sobre la marcha», apunta mientras ajusta algunas piezas de su aparato.
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El principal objetivo de los especialistas como Zhenia es lograr la estandarización «para que cuando un piloto reciba un nuevo robot, no tenga que cambiar a otro control remoto o la configuración».
Alivio para la infantería
El Gobierno de Ucrania lanzó el centro 'Brave 1' en 2023 con el objetivo de reunir a todas las compañías tecnológicas que están trabajando en el ámbito militar. La directora del foro, Natalia Kushnerska, afirma que desde su fundación más de 1.500 desarrolladores se han unido y hasta 3.500 soluciones tecnológicas han sido registradas.
«En cuanto a drones y robótica terrestre, aproximadamente el 90% de los fabricantes son miembros de nuestra plataforma», afirmó Kushnerska en una entrevista con la agencia Ukrinform. Una de las últimas innovaciones presentadas por la empresa ucraniana IRV es la plataforma Karakurt que permite realizar el lanzamiento remoto de drones desde ubicaciones alejadas de los pilotos. Los encargados de manejar los drones son uno de los principales blancos de las tropas rusas.
Un mayor empleo de los robots puede suponer, en el futuro, un alivio para la infantería ucraniana que adolece de nuevos reclutas. Las tropas no van a ser del todo sustituibles, pero la extensión de estos artefactos puede facilitar que Ucrania necesite menos soldados para mantener el frente. Todavía falta tiempo para esto. El jefe del Ejército ucraniano, Oleksander Sirski, confesó que no hay más opción que continuar con el reclutamiento. Moscú, dijo Sirski, tiene la capacidad de incorporar hasta 9.000 soldados al mes. «El liderazgo ruso tiene como objetivo formar diez nuevas divisiones para finales de año, dos ya han sido creadas. Por lo tanto, no nos queda más remedio que continuar con las medidas de movilización», manifestó el alto militar.
'Chuli' sonríe mientras reconoce que, como muchos operadores de drones y robots, los videojuegos eran también uno de sus pasatiempos favoritos. El cliché se cumple en su caso. Acumula en su teléfono material gráfico sobre sus operaciones con drones y robots terrestres. Tampoco pierde de vista los vídeos publicados por el enemigo. Este tipo de filmaciones inundan a día de hoy las redes sociales.
Él ha causado bajas y confiesa que desde su dron ve al enemigo como píxeles en la pantalla. «Ellos hacen lo mismo con nosotros», apunta. Hace cuatro meses que está operando un robot terrestre y asegura que antes de manejar estos aparatos es necesario haber estado con los pies en las trincheras.
«Cuando un piloto experimentado ha estado en la infantería bajo fuego se comporta de forma más adecuada y tranquila que un piloto sin experiencia». En medio de la conversación toma el control y con un alto grado de destreza maneja el pequeño aparato de cuatro ruedas y lo hace derrapar sin perder el control.
Misiones automatizadas
La primera operación militar de las Fuerzas Ucranianas sin la intervención de infantería se realizó en diciembre de 2024 en el frente de Járkov. La Brigada 'Jartia' confirmó un asalto a posiciones rusas mediante robots equipados con unas ametralladoras y apoyados por drones. Las máquinas ayudaron a sembrar y despejar minas, informaron en su momento los portavoces militares. Pocos meses después los defensores ucranianos divulgaron otra hazaña: «Por primera vez en la historia los soldados rusos se rindieron a los drones terrestres de la Tercera Brigada de Asalto. Sin infantería y sin bajas», presumieron en un comunicado. La operación se realizó, también, cerca de Jarkóv. Un robot kamikaze logró adentrarse en los búnkeres de las posiciones enemigos y cuando llegó el segundo, los invasores decidieron capitular.
A mediados de julio las unidades especiales de la inteligencia militar de Kiev (GUR) publicaron las imágenes del robot de fabricación nacional 'Lyut' (Furia en ucraniano) pertrechado con una ametralladora y disparando contra militares en el frente de Sumy. «El robot supera terrenos difíciles, con árboles caídos y cráteres de explosiones, demuestra una comunicación estable durante todo el movimiento y transmite la 'imagen' al centro de control», destacan desde el GUR.
Una de las últimas noticias sobre los avances en este campo militar llegó en agosto. El 20º regimiento independiente de sistemas no tripulados 'K-2' anunció entonces la formación del primer batallón de complejos robóticos del mundo. «El batallón de robots no es una fantasía de las películas de Michael Bay, es una realidad que estamos creando aquí y ahora», destacaron los miembros de 'K-2'.
Ucrania, después de tres años de guerra, sigue innovando para tratar de frenar los avances de las tropas invasoras en plena ofensiva de verano.
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