Xi y Putin reafirman su «relación sin precedentes» con el desbloqueo del gasoducto Fuerza de Siberia 2
02/09/2025Actualizado a las 11:26h. Nada representa el orden mundial alternativo que de manera cada vez más desacomplejada abandera el líder chino Xi Jinping como su afectuosa proximidad contra viento y marea con su homólogo ruso Vladímir Putin. Dos «viejos amigos» que ya han coincidido en más ... de cuarenta ocasiones y han vuelto a hacerlo esta mañana en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín. Esta hospitalidad no ha pasado desapercibida para Putin, quien, sentido, ha querido dar las gracias a su anfitrión. «Querido amigo, tanto yo como toda la delegación rusa estamos complacidos de reunirnos una vez más con nuestros amigos y colegas chinos», ha asegurado al comienzo de la reunión. «Nuestra estrecha comunicación refleja la naturaleza estratégica de las relaciones entre Rusia y China, que se encuentran en un nivel de altura sin precedentes. […] Siempre estuvimos juntos entonces, y seguimos juntos ahora». Una efusión fraternal que Xi ha corroborado. «Las relaciones entre China y Rusia han resistido la prueba de las circunstancias internacionales y se han convertido en un ejemplo de vínculos entre grandes países, caracterizados por una buena vecindad permanente, una coordinación estratégica integral y una cooperación mutuamente beneficiosa», ha señalado el líder chino. «China está dispuesta a mantener interacciones estrechas de alto nivel con Rusia» y a «coordinar posiciones de manera oportuna sobre cuestiones que afecten a los intereses fundamentales y las principales preocupaciones de cada parte». Esta «amistad sin límites» se fraguó en la declaración emitida durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín en 2022, días antes de la invasión rusa de Ucrania, ante la que China ha mantenido en todo momento un apoyo implícito. Sin embargo, pese a semejante emotividad, declaraciones similares quedaron en el pasado reducidas de supuesta alianza de naciones a mero alineamiento de intereses, en particular por el tira y afloja respecto al gaseoducto Fuerza de Siberia 2, cuya construcción China mantenía en suspenso pese a la insistencia de Rusia. Pues bien: ya no. Según ha adelantado Bloomberg, la empresa estatal Gazprom habría firmado un acuerdo legalmente vinculante para concluir el proyecto. Este atravesará Mongolia para suministrar hasta 50.000 millones de metros cúbicos anuales de gas natural a un precio inferior al ofrecido en Europa. No es casualidad, por tanto, que esta mañana ambos mandatarios participaran asimismo en una reunión trilateral con el presidente mongol, Ukhnaa Khurelsukh, antes de compartir un banquete en la residencia del líder chino en el complejo de Zhongnanhai. Kim, en camino Putin y Xi ya habían coincidido, también mantel mediante, este domingo en la ciudad portuaria de Tianjin, con motivo de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Durante el banquete de bienvenida intercambiaron unas primeras palabras, en las que comentaron el encuentro que el ruso mantuvo con el presidente estadounidense Donald Trump a principios de mes en Alaska, según revelaron fuentes de su comitiva. Durante su discurso de apertura ante el Consejo de Jefes de Estado de la SCO, Xi dio muestras de sus aspiraciones geopolíticas. Ante un mundo marcado por la «incertidumbre» y «crecientes retos en materia de seguridad», «debemos mantenernos firmes en la equidad y la justicia, promoviendo una visión correcta de la historia de la II Guerra Mundial y oponiéndonos a la mentalidad de la Guerra Fría, a la confrontación entre bloques y a los actos de acoso y coerción», proclamó. Con estas palabras, el líder chino explicitaba la narrativa subyacente en el desfile militar que tendrá lugar mañana miércoles en Pekín en conmemoración del 80º aniversario de la rendición de Japón, el segundo hito de su fastuosa semana. En el estrado le acompañarán el propio Putin y Kim Jong-un, cuyo famoso tren acorazado ya rueda rumbo a la capital del gigante asiático. La última aparición de un dictador norcoreano en un desfile militar chino data de 1959, cuando el fundador del régimen, Kim Il-Sung, participó en los festejos del 10º aniversario de la fundación de la República Popular China. Entre los 26 jefes de Estado y Gobierno asistentes solo habrá dos occidentales: el primer ministro eslovaco Robert Fico y el presidente serbio Aleksandar Vucic, también una declaración de intenciones. Límite de sesiones alcanzadas El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos. Volver a intentar Has superado el límite de sesiones Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto. Sigue navegando Artículo solo para suscriptores Si ya estáis suscrito, inicia sesión Reportar un error

Nada representa el orden mundial alternativo que de manera cada vez más desacomplejada abandera el líder chino Xi Jinping como su afectuosa proximidad contra viento y marea con su homólogo ruso Vladímir Putin. Dos «viejos amigos» que ya han coincidido en más ... de cuarenta ocasiones y han vuelto a hacerlo esta mañana en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín.
Esta hospitalidad no ha pasado desapercibida para Putin, quien, sentido, ha querido dar las gracias a su anfitrión. «Querido amigo, tanto yo como toda la delegación rusa estamos complacidos de reunirnos una vez más con nuestros amigos y colegas chinos», ha asegurado al comienzo de la reunión. «Nuestra estrecha comunicación refleja la naturaleza estratégica de las relaciones entre Rusia y China, que se encuentran en un nivel de altura sin precedentes. […] Siempre estuvimos juntos entonces, y seguimos juntos ahora».
Una efusión fraternal que Xi ha corroborado. «Las relaciones entre China y Rusia han resistido la prueba de las circunstancias internacionales y se han convertido en un ejemplo de vínculos entre grandes países, caracterizados por una buena vecindad permanente, una coordinación estratégica integral y una cooperación mutuamente beneficiosa», ha señalado el líder chino. «China está dispuesta a mantener interacciones estrechas de alto nivel con Rusia» y a «coordinar posiciones de manera oportuna sobre cuestiones que afecten a los intereses fundamentales y las principales preocupaciones de cada parte».
Esta «amistad sin límites» se fraguó en la declaración emitida durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín en 2022, días antes de la invasión rusa de Ucrania, ante la que China ha mantenido en todo momento un apoyo implícito.
Sin embargo, pese a semejante emotividad, declaraciones similares quedaron en el pasado reducidas de supuesta alianza de naciones a mero alineamiento de intereses, en particular por el tira y afloja respecto al gaseoducto Fuerza de Siberia 2, cuya construcción China mantenía en suspenso pese a la insistencia de Rusia. Pues bien: ya no.
Según ha adelantado Bloomberg, la empresa estatal Gazprom habría firmado un acuerdo legalmente vinculante para concluir el proyecto. Este atravesará Mongolia para suministrar hasta 50.000 millones de metros cúbicos anuales de gas natural a un precio inferior al ofrecido en Europa. No es casualidad, por tanto, que esta mañana ambos mandatarios participaran asimismo en una reunión trilateral con el presidente mongol, Ukhnaa Khurelsukh, antes de compartir un banquete en la residencia del líder chino en el complejo de Zhongnanhai.
Kim, en camino
Putin y Xi ya habían coincidido, también mantel mediante, este domingo en la ciudad portuaria de Tianjin, con motivo de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Durante el banquete de bienvenida intercambiaron unas primeras palabras, en las que comentaron el encuentro que el ruso mantuvo con el presidente estadounidense Donald Trump a principios de mes en Alaska, según revelaron fuentes de su comitiva.
Durante su discurso de apertura ante el Consejo de Jefes de Estado de la SCO, Xi dio muestras de sus aspiraciones geopolíticas. Ante un mundo marcado por la «incertidumbre» y «crecientes retos en materia de seguridad», «debemos mantenernos firmes en la equidad y la justicia, promoviendo una visión correcta de la historia de la II Guerra Mundial y oponiéndonos a la mentalidad de la Guerra Fría, a la confrontación entre bloques y a los actos de acoso y coerción», proclamó.
Con estas palabras, el líder chino explicitaba la narrativa subyacente en el desfile militar que tendrá lugar mañana miércoles en Pekín en conmemoración del 80º aniversario de la rendición de Japón, el segundo hito de su fastuosa semana. En el estrado le acompañarán el propio Putin y Kim Jong-un, cuyo famoso tren acorazado ya rueda rumbo a la capital del gigante asiático. La última aparición de un dictador norcoreano en un desfile militar chino data de 1959, cuando el fundador del régimen, Kim Il-Sung, participó en los festejos del 10º aniversario de la fundación de la República Popular China.
Entre los 26 jefes de Estado y Gobierno asistentes solo habrá dos occidentales: el primer ministro eslovaco Robert Fico y el presidente serbio Aleksandar Vucic, también una declaración de intenciones.
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