La Casa Blanca insiste en que Trump no escribió ni firmó la carta obscena a Epstein
09/09/2025Actualizado 10/09/2025 a las 02:25h. La Casa Blanca ha insistido este lunes en que Donald Trump no escribió ni firmó la carta obscena que el actual presidente de EE.UU. envió a Jeffrey Epstein en 2003, cuando ambos eran amigos. La existencia de la carta fue desvelada este ... verano por 'The Wall Street Journal', en medio de un asedio a Trump y a su Gobierno para que desclasifique toda la información existente sobre el financiero, que se quitó la vida en 2019 en su celda de una prisión de Nueva York, cuando esperaba a ser juzgado por trata de blancas y crímenes sexuales contra menores. Esa carta ha sido publicada ahora por los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, que recibieron el documento como parte de las investigaciones de los legisladores sobre Epstein. Su contenido era el mismo que describía el diario neoyorquino hace unas semanas, y que Trump acusó de ser falso: una misiva con letra mecanografiada en la que se recrea una conversación imaginada entre Trump y Epstein. Entre otras cosas, el ahora presidente dice a su amigo cosas como «tenemos ciertas cosas en común, Jeffrey» y «que cada día sea otro maravilloso secreto». La carta va rematada con la firma de Trump, con el tipo de rotulador grueso que acostumbra a usar todavía el presidente de EE.UU., y con unos trazos que enmarcan el texto con forma de mujer, con curvas en las caderas y senos. «El presidente no escribió esa carta y no firmó esa carta», ha insistido la portavoz de Trump, Karoline Leavitt, sobre la misiva. Así, ha asegurado que la Casa Blanca «apoya» que se haga un estudio forense para analizar la autenticidad de la firma y ha defendido que hay «tres expertos en firma» que han asegurado en 'Daily Signal' -un medio muy cercano a Trump- que no lo es. Pese a las declaraciones de Leavitt, es evidente que la firma en la carta se parece mucho a otras que se guardan de Trump de aquellos años, a finales del siglo pasado y principios de este, cuando forjó su amistad con Epstein. La carta forma parte de un libro que la entonces pareja de Epstein, Ghislaine Maxwell, que fue cómplice de muchos de sus abusos sexuales, elaboró para Epstein en su 50º cumpleaños. El libro, revelado ahora, incluye fotos de su infancia y juventud y cartas o recuerdos que Maxwell recolectó de entre las amistades del financiero. Entre otros, contribuyeron también el expresidente Bill Clinton, el abogado Alan Dershowitz o el magnate de las finanzas Leon Black. Leavitt también ha negado que Trump firmara otro documento en otra de las páginas de ese libro. Se trata de un cheque gigante por 22.500 dólares en una foto en la que aparecen Epstein y Joel Pashcow, un miembro de toda la vida de Mar-a-Lago, la residencia y club privado de Trump en Florida. También hay una mujer en la foto, pero su rostro se oculta en el documento. La foto va acompañada de una nota manuscrita por Pashcow que dice: «Jeffrey mostrando su talento con el dinero y las mujeres. Vende a la 'completamente depreciado' (con el nombre de la mujer tachado) a Donald Trump por 22.500 dólares». Después añade: «¡Aunque yo procuré el trato no me llevé nada de dinero por la chica!». En el cheque gigante aparece una firma que, esta vez sí, no aparenta ser la de Trump, sino la de alguien que ha puesto su nombre. Es el tipo de mensajes que aparecen en el libro ahora revelado por los demócratas, lleno de menciones soeces a la relación de Epstein con las mujeres. Los desmentidos de la Casa Blanca sobre esa carta a Epstein ocurren en un momento en el que los documentos sobre el financiero se han convertido en un asunto de la máxima sensibilidad para Trump. El ahora presidente y muchos de sus actuales altos cargos prometieron en campaña revelar todos los documentos clasificados de Epstein, una de las obsesiones de un sector de sus votantes. Según algunas teorías conspiranoicas, Epstein no se quitó la vida, sino que fue asesinado para que no revelara las identidades de políticos y empresarios a los que facilitó correrías sexuales, también con menores. La existencia de una 'lista de clientes' de Epstein y su revelación en cuanto Trump pusiera el pie en la Casa Blanca era muy discutida. Pero, ya como presidente, el que fuera amigo de Epstein -comparten multitud de imágenes y vídeos en fiestas, en algunas rodeados de chicas jóvenes- no ha dado los pasos esperados: la desclasificación de los documentos de Epstein apenas ha traído novedades y solo se han publicado papeles ya conocidos por su discusión en tribunales. Incluso el hombre más rico del mundo, Elon Musk, en plena ruptura con Trump la pasada primavera, aseguró que el presidente no desvelaba los papeles porque está en ellos. Desde entonces, los demócratas han utilizado el caso Epstein y sus exigencias de revelar todos los documentos como munición de ataque contra Trump. Preguntada por si el presidente apoya a las víctimas de Epstein, que la semana pasada dieron una rueda de prensa, acompañada por diputados demócratas y republicanos,

La Casa Blanca ha insistido este lunes en que Donald Trump no escribió ni firmó la carta obscena que el actual presidente de EE.UU. envió a Jeffrey Epstein en 2003, cuando ambos eran amigos.
La existencia de la carta fue desvelada este ... verano por 'The Wall Street Journal', en medio de un asedio a Trump y a su Gobierno para que desclasifique toda la información existente sobre el financiero, que se quitó la vida en 2019 en su celda de una prisión de Nueva York, cuando esperaba a ser juzgado por trata de blancas y crímenes sexuales contra menores.
Esa carta ha sido publicada ahora por los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, que recibieron el documento como parte de las investigaciones de los legisladores sobre Epstein. Su contenido era el mismo que describía el diario neoyorquino hace unas semanas, y que Trump acusó de ser falso: una misiva con letra mecanografiada en la que se recrea una conversación imaginada entre Trump y Epstein. Entre otras cosas, el ahora presidente dice a su amigo cosas como «tenemos ciertas cosas en común, Jeffrey» y «que cada día sea otro maravilloso secreto».
La carta va rematada con la firma de Trump, con el tipo de rotulador grueso que acostumbra a usar todavía el presidente de EE.UU., y con unos trazos que enmarcan el texto con forma de mujer, con curvas en las caderas y senos.
«El presidente no escribió esa carta y no firmó esa carta», ha insistido la portavoz de Trump, Karoline Leavitt, sobre la misiva. Así, ha asegurado que la Casa Blanca «apoya» que se haga un estudio forense para analizar la autenticidad de la firma y ha defendido que hay «tres expertos en firma» que han asegurado en 'Daily Signal' -un medio muy cercano a Trump- que no lo es.
Pese a las declaraciones de Leavitt, es evidente que la firma en la carta se parece mucho a otras que se guardan de Trump de aquellos años, a finales del siglo pasado y principios de este, cuando forjó su amistad con Epstein.
La carta forma parte de un libro que la entonces pareja de Epstein, Ghislaine Maxwell, que fue cómplice de muchos de sus abusos sexuales, elaboró para Epstein en su 50º cumpleaños. El libro, revelado ahora, incluye fotos de su infancia y juventud y cartas o recuerdos que Maxwell recolectó de entre las amistades del financiero. Entre otros, contribuyeron también el expresidente Bill Clinton, el abogado Alan Dershowitz o el magnate de las finanzas Leon Black.
Leavitt también ha negado que Trump firmara otro documento en otra de las páginas de ese libro. Se trata de un cheque gigante por 22.500 dólares en una foto en la que aparecen Epstein y Joel Pashcow, un miembro de toda la vida de Mar-a-Lago, la residencia y club privado de Trump en Florida. También hay una mujer en la foto, pero su rostro se oculta en el documento. La foto va acompañada de una nota manuscrita por Pashcow que dice: «Jeffrey mostrando su talento con el dinero y las mujeres. Vende a la 'completamente depreciado' (con el nombre de la mujer tachado) a Donald Trump por 22.500 dólares». Después añade: «¡Aunque yo procuré el trato no me llevé nada de dinero por la chica!».
En el cheque gigante aparece una firma que, esta vez sí, no aparenta ser la de Trump, sino la de alguien que ha puesto su nombre. Es el tipo de mensajes que aparecen en el libro ahora revelado por los demócratas, lleno de menciones soeces a la relación de Epstein con las mujeres.
Los desmentidos de la Casa Blanca sobre esa carta a Epstein ocurren en un momento en el que los documentos sobre el financiero se han convertido en un asunto de la máxima sensibilidad para Trump. El ahora presidente y muchos de sus actuales altos cargos prometieron en campaña revelar todos los documentos clasificados de Epstein, una de las obsesiones de un sector de sus votantes.
Según algunas teorías conspiranoicas, Epstein no se quitó la vida, sino que fue asesinado para que no revelara las identidades de políticos y empresarios a los que facilitó correrías sexuales, también con menores. La existencia de una 'lista de clientes' de Epstein y su revelación en cuanto Trump pusiera el pie en la Casa Blanca era muy discutida. Pero, ya como presidente, el que fuera amigo de Epstein -comparten multitud de imágenes y vídeos en fiestas, en algunas rodeados de chicas jóvenes- no ha dado los pasos esperados: la desclasificación de los documentos de Epstein apenas ha traído novedades y solo se han publicado papeles ya conocidos por su discusión en tribunales.
Incluso el hombre más rico del mundo, Elon Musk, en plena ruptura con Trump la pasada primavera, aseguró que el presidente no desvelaba los papeles porque está en ellos. Desde entonces, los demócratas han utilizado el caso Epstein y sus exigencias de revelar todos los documentos como munición de ataque contra Trump.
Preguntada por si el presidente apoya a las víctimas de Epstein, que la semana pasada dieron una rueda de prensa, acompañada por diputados demócratas y republicanos, para exigir «transparencia« a la Administración Trump, Leavitt se ha limitado a decir que «le importan las víctimas de todos los crímenes». Pero la portavoz ha rehusado contestar si el presidente está dispuesto a reunirse con ellas e insistió, como ha hecho muchas veces el multimillonario neoyorquino, en que todo esto es un «fraude» de los demócratas para «calumniar» a Trump.
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